El 11 de diciembre de 1963, nació el polifacético y talentoso intérprete musical, compositor y poeta chivilcoyano, Sergio Osvaldo Fulvio, un ferviente y activo, animador y propulsor de múltiples iniciativas e inquietudes culturales, quien a lo largo de varios años, de una fiel y sostenida tarea creativa, supo desenvolver una estimable trayectoria, en diversos ámbitos y círculos artísticos, de nuestro medio. Sin dudas, siempre animado, por un claro y particular entusiasmo realizador, se destacó, en todo momento, merced a su auténtica sensibilidad espiritual, sus proyectos, sus anhelos y, su constante capacidad hacedora. Fue uno de los principales fundadores y organizadores, de la Cooperativa de Arte Chivilcoy, denominada “Rayuela”, y promovió, innumerables y exitosas presentaciones, a través del aplaudido espectáculo “El café de las Musas”. Asimismo, en la década de 1990, ejerció la dirección del mensuario de arte y cultura “Salpicón”, bajo el expresivo lema: “Por la libertad de las ideas y la reivindicación de la palabra”; una revista que, incluyó textos y composiciones, en verso y prosa, de distintos autores chivilcoyanos. Hubo de editar, varios volúmenes, de sentidos versos, y participó, además, en una gran cantidad de recitales y actuaciones, junto a otros cantantes y músicos, de nuestra ciudad; demostrando así, en cualquier compromiso o circunstancia, su genuina solvencia, y sus claras aptitudes artísticas. Falleció el 28 de junio de 2013, a la temprana edad de 49 años.
Para Sergio Osvaldo Fulvio, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Trovador de bohemia fantasía, y románticos sueños musicales, cuya vida, de anhelos e ideales, fue llenando de notas y armonías. Trovador que sembraba, cada día, un puñado de acentos especiales, construyendo con ansias personales, un camino de canto y melodía. Trovador que miraba hacia el futuro, y luchó por el arte, libre y puro, el amor, la amistad, las cosas bellas… Y al final de la senda recorrida, se quedó para siempre – voz sentida -, en el cielo de todas las estrellas.
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