El 15 de mayo de 1911, nació en nuestra ciudad, bajo el hogar de Don Domingo Marrone y Doña Rosa Ferraro, el inspirado y prestigioso poeta, escritor y periodista chivilcoyano, Ernesto Domingo Marrone; una notable figura de las letras lugareñas, quien a lo largo de su prolongada y vasta trayectoria literaria, supo caracterizarse y distinguirse por su auténtica vocación creadora, su sólida formación intelectual, su importante obra, su claro talento y su profundo lirismo. La casa paterna – una finca de aspecto campesino y pintoresco, demolida en 1998 -, se encontraba ubicada, en la intersección de las calles Padre Zacarías y Chacabuco. En el campo periodístico, se desempeñó, durante muchos años, como redactor del matutino ”La Razón”, y colaboró en las páginas y columnas de diarios y revistas locales, y de diversas publicaciones de Buenos Aires: “La Prensa” y “La Nación”, de diferentes puntos geográficos del país, y también, del exterior. Fue presidente de la Biblioteca Popular “Dr. Antonio Novaro”, entre 1959 y 1967; subsecretario de la comuna de Chivilcoy, y encargado de la administración del municipio, desde el 5 al 10 de febrero de 1945. Asimismo, ejerció la enseñanza, en las aulas del Colegio Nacional “José Hernández”, entre los años 1956 y 1957. Autor de poemas, relatos, ensayos, artículos y hasta de dos novelas inéditas, ha integrado distintas antologías nacionales. De su bibliografía, citaremos los libros: “Orientación” (1936), “Diez caminos al horizonte” (1939), “Itinerario de una emoción” (1940), “Tiempo de cielo” (1944), “Patria del Hombre” (1949), “Tierra y Eternidad” (1959) y “Juan del Mundo” (1972). En el mes de mayo de 1971, el Instituto de Literatura de la Provincia de Buenos Aires, editó el volumen “Ernesto D. Marrone y Chivilcoy”, del profesor Amílcar E. Ganuza; el cual, incluyó una reseña biográfica, selección de textos poéticos y notas críticas. Ernesto Domingo Marrone, falleció en nuestra ciudad, a los 74 años de edad, el 31 de marzo de 1986. La calle Nro. 15, de Chivilcoy, prolonga en el curso del tiempo, su nítido recuerdo, y además, la biblioteca de autores locales, del Archivo Literario Municipal, lleva su nombre, tan caro para la historia de nuestra literatura ciudadana.
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