Oración lunfarda a Dios, desde Argentina, el país del siempre lo mismo y el más de lo mismo…

Oración lunfarda a Dios, desde Argentina, el país del siempre lo mismo y el más de lo mismo…

enero 31, 2023 Desactivado Por archivol

Humildemente, de una manera sentida y emocionada, elevamos a Dios, una especial oración, por nuestra doliente y entrañable Argentina, el país del eterno y fatal círculo vicioso del siempre lo mismo y del más de lo mismo, donde infortunadamente, no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo, todo resulta igual, todo da lo mismo y, todo termina, indefectible e inexorablemente siendo, siempre lo mismo y más, más de lo mismo… No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo, con idénticos chantas y chorros y, los mismos de siempre, quienes no pretender cambiar nunca nada, pues su gran curro y negocio, reside, precisamente, en que no se produzca ni acontezca ningún cambio y, todo prosiga igual o peor de lo que está… Puro y total Gatopardismo: “Hay que cambiarlo todo, para que nada cambie”, “Hay que cambiarlo todo, para que nada cambie”, “Se cambia todo, pero nada cambia”.

Los chantas y chorros de siempre, engrupen o engañan, distraen, entretienen, envuelven y confunden a la gilada, con una pantalla o cortina de humo distinta, mientras van transcurriendo los días, las semanas, los meses, los años, las décadas y nuestra propia vida; no cambia nunca nada y, todo sigue siempre igual o peor de lo que está; pues allí estriba y en ello consiste, la intención o el propósito primordial de los chantas y chorros de siempre: Mantener o conservar sus privilegios, prebendas y beneficios, que nunca cambie nada y todo siga siempre como está… En ningún lugar del planeta Tierra y del Universo –  el cual, desde el ángulo astronómico, es ilimitado e infinito, y según los cálculos científicos, acumula una antigüedad, de unos catorce mil millones de años -, los chantas y chorros de siempre, se van a encontrar mejor que aquí: Gozan de las mayores y más amplias ventajas y comodidades, los ampara la absoluta impunidad judicial y, si en alguna oportunidad se los condenara, la sentencia resulta meramente simbólica o declarativa, careciendo en la práctica, de toda aplicación y cumplimiento efectivo. ¡Mejor, mejor, mejor, mejor, imposible!

Elevamos a Dios, una especial y fervorosa oración por la Argentina, el país que nivela e iguala, permanentemente hacia abajo, con decadencia, fracaso, ignorancia, marginación social, pauperismo y miseria dependiente; el país, donde ganan los chantas, los chorros de siempre y lo que viven de arriba, pero pierden, se perjudican, se empobrecen y, hasta se funden, los nobles y esforzados laburantes, y las personas buenas, modestas, decentes y honradas, que trabajan, luchan, abonan sus impuestos y obligaciones tributarias y, sufren los ajustes inflacionarios y las crisis económicas y financieras.

Elevamos a Dios, una oración lunfarda por la Argentina, para librarnos y salvarnos, de los chantas y chorros de siempre – quienes engrupen a la gilada, a fin de mantener sus curros y negocios, y  todo siga siempre, como está -; que la sociedad, despierte de su profundo letargo, y de su paciente, pasiva y silenciosa resignación conformista, y que, todos firmes y unidos, en pos de ideales y objetivos comunes, logremos transitar en el futuro, el luminoso y esperanzado camino de los principios y valores, la conciencia moral, el sentido ético, la justicia, la verdad, la honestidad, la educación y, la sagrada y sublime cultura y escuela del trabajo. Sin valores, educación ni cultura del trabajo, el país no tiene presente, porvenir, destino ni salida alguna: no nos lleva ni conduce, a ninguna parte… Si la sociedad, acepta, tolera y se banca, las situaciones y circunstancias de la realidad, jamás habrá de cambiar nada, y acaso, dentro de cinco, diez, quince o veinte años, continuaremos hablando, exactamente, de lo mismo, y siendo así, la Argentina del siempre lo mismo y el más de lo mismo… De nuestra propia sociedad depende: Para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo, y los Hombres, al igual que los árboles, se conocen y aprecian por sus frutos… Menos, vanas y meras palabras, y más hechos concretos, elocuentes y positivos… Menos, vulgares vendedores de imagen, gente careta, apariencias, cartón pintado y espejitos de colores y, más obras, logros y auténticas realizaciones.

Oración lunfarda a Dios, desde Argentina, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo. Che, mi Dios, te chamuyo, suplicante, / con parola de fe, bien posta y pura, / por un nuevo país, piola y pujante, / sin fuleros rencores ni amargura. / Un país, muy canchero y palpitante, / de pulenta progreso y hermosura, / donde en cana, lo manden al maleante, / y no pierda el mamerto que labura… / Un país, sin más fiaca ni pavada, / donde el vivo, no engrupa a la gilada, / campaneando al final, siempre lo mismo… / Danos Dios – te lo baten, mil gargantas -, / un país, sin más chorros ni más chantas, / un país, de alegría y optimismo.