Oración lunfarda al general José de San Martín
Hoy, más que nunca, debemos elevar, delante del altar cívico del ilustre y glorioso Padre de la Patria, una sentida y emocionada oración al Capitán de los Andes y del Libertador de América, el intrépido y heroico general José de San Martín.
Una oración, para pedirle al general San Martín, su aleccionador y bello ejemplo moral de hombre de bien, íntegro, recto, probo e inquebrantable.
Una oración, para pedirle al general San Martín, sus principios y valores y, sus múltiples y hermosas virtudes de nobleza, abnegación, austeridad, sacrificio y admirable honestidad.
Una oración, para pedirle al general San Martín, por esta triste y penosa Argentina del siempre lo mismo y del más de lo mismo, donde no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda judicialmente en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo, todo resulta igual, todo da lo mismo y, todo termina inexorablemente siendo, siempre lo mismo y más de lo mismo; el país de los chantas, los chorros y los vulgares vendedores de imagen y de cortinas de humo, quienes, a fin de conservar y mantener sus prebendas, privilegios, acomodos, beneficios y enriquecimientos personales, carecen de toda intención o voluntad de cambio, para que todo prosiga igual o peor de lo que está; el país que nivela e iguala, constante y permanentemente hacia abajo, con ignorancia y analfabetismo, marginación social, pauperismo, empobrecimiento creciente y miseria; el país, donde ganan esos chantas, chorros, vulgares vendedores de imagen y cortinas de humo y, los que viven gratis, de arriba; pero pierden, se empobrecen, se funden y, hasta resultan muertos, los anónimos y sufridos laburantes y, las personas buenas, honradas y decentes, que trabajan, se esfuerzan, luchan y abonan sus impuestos; el país sin presente ni futuro, expectativas, proyectos, motivaciones, salida ni destino, que no nos lleva ni conduce, a ninguna, ninguna parte…
Una oración, para pedirle al general San Martín, que los chantas, los chorros y los vulgares vendedores de imagen y de cortinas de humo, no engrupan, engañen, distraigan, entretengan, confundan y envuelvan a la gente, con pantallas televisivas, cartones pintados, frívolas pavadas, banalidades y espejitos de colores, mientras van transcurriendo los días, las semanas, los meses, los años, las décadas y nuestra propia vida; no cambia nunca nada y, todo prosigue igual o peor de lo que está, pues el gran curro o negocio económico de ellos, reside precisamente, en que jamás cambie nada y, todo continúe así, a través del largo e inagotable curso del tiempo, del mismo modo o, acaso, peor de lo que ahora se encuentra … “Hay que cambiarlo todo, para que nada cambie”, “No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo”, “Los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo” y “Para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo”. Si la sociedad, sumida en una paciente, mansa y silenciosa resignación conformista, acepta, tolera y se banca todo, jamás habrá de cambiar nada, y dentro de cinco, diez, quince o veinte años, con los mismas cuestiones y problemáticas actuales, estaremos hablando lo mismo, lo mismo, lo mismo que ahora…
Una oración, para pedirle al general San Martín, poder descubrir y luego transitar, la luminosa y esperanzada senda der los principios y valores morales, la justicia, la verdad, la honestidad, la educación y, la ya perdida y olvidada cultura y escuela del trabajo…
Una oración de fe, optimismo, ilusiones, entusiasmos y sueños, bajo la mano protectora, la sabia guía y el sublime ejemplo sanmartiniano: un ejemplo de grandeza que, en medio de la obscuridad, la corrupción, el fracaso, la desorientación, la zozobra, la incertidumbre y el desaliento, hoy, más que nunca, tanto ansiamos, imploramos y necesitamos los argentinos…
Oración lunfarda al general San Martín, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Con el cuore más puro y argentino, / general San Martín, forte y canchero, / yo le pido su embale verdadero, / su pulenta y su espíritu genuino. / Qué nos muestre bien piola, el buen camino / de Argentina, sin chorro o tramoyero; un debute horizonte duradero, / una vida chipola y un destino… / Qué nos muestre la jeta del futuro, / y un país de honradez y de laburo, / de progreso, de morfi y de pujanza… / Hoy, la patria cachuza necesita / su entereza moral – minga de guita -, / sus valores y un kilo de esperanza.