Oración lunfarda del agradecimiento…
Espontánea y humildemente, lejos de la soberbia y las inútiles y estériles vanidades humanas, debemos, ante todo, ser siempre agradecidos…
Agradecidos a Dios, la creación y la Vida, por las maravillas del mundo y el universo…
Agradecidos por el amor y el pan nuestro de cada día, la fe, la ilusión, las mejores motivaciones, el optimismo, los sueños y la esperanza…
Agradecidos por la salud y el bienestar físico, mental y espiritual, que tanto necesitamos…
Agradecidos por el cielo límpido y azul, el rutilante sol del paisaje y, las bellezas y delicias naturales…
Agradecidos por el trino y la cadencia de los pájaros y el aire perfumado…
Agradecidos por contemplar tanta hermosura, y no estar indiferentes y ciegos, frente a la realidad cotidiana que nos rodea y circunda…
Agradecidos a Dios, la creación y la Vida, sabiéndonos tan frágiles y pequeños y, conscientes de nuestra fugacidad existencial y nuestra insignificancia…
Agradecidos, de rodillas, elevando una plegaria de gratitud eterna….
Capo Dios, que te juno, allá, en la altura, / yo te quiero batir: Gracias, gomía, / por tu amor más fetén de cada día, / la ilusión y un cachito de ternura… / Gracias, Dios, por la paz tan posta y pura, / el bulín, hecho sol y melodía; / todo un kilo de bien y de alegría, / y tu lunga parola de dulzura… / Gracias, capo – lo canto siempre al pelo -, / por las cosas mistongas, tu enseñanza, / la salud más pulenta y protegida… / Y mil gracias, che, Dios, por tu consuelo, / la fe clara y chipola, la esperanza / y el milagro debute de la Vida.
Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo.