Plegaria lunfarda a la Virgen
Qué la Virgen, nos proteja, defienda y salve de los chantas de siempre, quienes nos mienten, defraudan, engrupen y engañan, para que nunca cambie nada, y todo, todo, siga como está…
De un modo mancomunado y fraterno, frente a su imagen bienhechora y piadosa, elevamos a la Virgen, una humilde y muy sentida plegaria…
Una plegaria sincera y devota, por la fe, el amor hacia el prójimo, la nobleza, la ilusión, las expectativas y perspectivas, las motivaciones, los proyectos, la alegría, el optimismo y, la mejor y más luminosa y feliz esperanza…
Una plegaria cálida y jubilosa, por la cultura del trabajo, la actividad pujante y productiva, la generación de mano de obra y de riqueza y, el merecido bienestar de los argentinos…
Una plegaria auténtica y apasionada, por los principios y valores morales, el sentido ético, la conciencia moral, la rectitud, la honestidad, la verdad, la transparencia, la solidaridad, la generosidad y, la tan ansiada y entrañable justicia…
Una plegaria fecunda y provechosa, por el anónimo, abnegado y esforzado laburante; esa persona tenaz, empeñosa y emprendedora, que trabaja, lucha y abona sus impuestos y obligaciones fiscales y tributarias; esa persona noble, proba, decente y honrada que, pierde, se perjudica, se empobrece y, hasta se funde, en medio del sombrío panorama y el contexto, de esta penosa y deplorable Argentina, del eterno e infinito círculo vicioso del siempre, siempre lo mismo y el más de lo mismo, donde infortunadamente, ganan, avanzan y se enriquecen los chantas, buscones, farabutes, chorros, arribistas, oportunistas, acomodaticios y advenedizos, carentes de escrúpulos, trayectoria, obra, realizaciones y, méritos genuinos y verdaderos…
Una plegaria profunda y conmovedora, ante la Virgen, para que nos libre y salve de los chantas de siempre, quienes nos roban y matan, la energía, el entusiasmo, la alegría y las ganas de vivir, de trabajar, de luchar, de estudiar, de avanzar, de progresar y de soñar; los chantas de siempre, quienes nos roban y matan, la cultura del trabajo, la cultura del saber y del estudio, la cultura del esfuerzo, la cultura de la lucha y, la cultura de los dignos y reales méritos humanos; los chantas de siempre, que nos defraudan, estafan, engañan, engatuzan o engrupen, como vulgares vendedores de imagen, con sus meras y vanas palabras, vacías de contenido, sus cortinas de humo, su cartón pintado, sus espejitos de colores y su pescado podrido; los chantas de siempre, que simulan estar distanciados y ser opositores, pero llevan a cabo, en forma secreta, acuerdos espurios, arreglos clandestinos, roscas trenzas y contubernios ( los chantas son todos iguales, están todos en la misma y hacen todos, el mismo juego: entre bomberos, no se pisan la manguera, entre gitanos, no se adivinan la suerte), a fin de mantener y conservar sus privilegios, prebendas, negocios, curros y beneficios dinerarios y económicos; asegurarse la impunidad, total y absoluta y, que después, en definitiva, no cambie nunca, nunca nada, y todo siga, todo siga, siempre, siempre, siempre, como está… La tan repetida y eterna cantilena; esa cantilena infinita e inconmensurable… Según la famosa novela “El Gatopardo”, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: “Hay que cambiarlo todo, para que nadie cambie…”, “Para que nadie cambie…” El gran curro y el colosal negocio, es que todo, todo, todo, siga, siga, siga, como está… La Argentina del siempre lo mismo y, el más de lo mismo…
Una plegaria urgente y enfervorizada, para dejar de ser la Argentina que nivela e iguala hacia abajo, con ignorancia, incultura, marginación social, pauperismo y, miseria dependiente…
No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo; para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo; en el mundo, cosecharemos y recogeremos, lo que hemos sembrado y, los hombres, al igual que los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos. Debemos predicar con el testimonio de nuestra conducta y, el buen ejemplo de vida, y recobrar o recuperar el rumbo del país y de la Patria; el radiante y esperanzado camino de la educación y la enseñanza, los principios y valores, el sentido ético, la conciencia moral, la honestidad, la transparencia y, la sagrada y sublime cultura del trabajo.
Plegaria lunfa a la Virgen, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo. Hoy, chapado a tu altar, Virgen María, / yo te quiero batir, en mi plegaria, / por la mugre de toda esta malaria, / la injusticia, el bajón, la fulería… / Hoy, te pido, sabés, como un gomía, / por la dura y mistonga lucha diaria; / que nos cope tu mano solidaria, / y que seas, bien posta, nuestra guía… / Virgen fiel, que chipola, te levantas, / yo te pido, sin verso ni camelo, / en mi ruego pulenta y especial: / Nos librés de los chorros y los chantas, / y nos des, tu chamuyo de consuelo, / con tu amparo debute y maternal.