En el mes de enero de 1852, – entre los días 27 y 29-, atravesó nuestra región del oeste bonaerense, el Ejército Grande, del general Justo José de Urquiza; el cual, se dirigía a Buenos Aires, para enfrentar a las tropas militares, del brigadier general Juan Manuel de Rosas, que hubo de vencer, finalmente, en la famosa batalla de Caseros, unos días mástarde, el 3 de febrero de 1852. En dicho contingente, viajaba Domingo Faustino Sarmiento, cumpliendo funciones de boletinero del mencionado ejército. Lo hacía en el interior de una pesada carreta, donde transportaba una humilde imprenta portátil con la cual editaba los “Partes diarios”, que él mismo redactaba. En esta particular ocasión histórica, Sarmiento, conoció la tierra y las prósperas y admirables “chacras chivilcoyanas”, y desde entonces, estableció un profundo vínculo de amistad y afecto con nuestra ciudad. En su crónica recordatoria sobre la “Campaña del Ejército Grande”, Sarmiento evoca las arboledas que observó a lo lejos, y la presencia de tantas chacras y tenaces labradores, entregados al trabajo y el esfuerzo cotidiano; todo un escenario de paz, pujanza, desarrollo económico y amplia riqueza, en esta feliz y esperanzada zona agrícola y ganadera del distrito de Chivilcoy.