Recordando a Pablo Oscar Satriano (1942 – 2018).

Recordando a Pablo Oscar Satriano (1942 – 2018).

diciembre 4, 2018 0 Por archivol
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La figura, de Pablo Oscar Satriano (1942-2018), piloto, gran técnico mecánico y singular y admirable preparador, de automóviles de competencia. Sin dudas, un valuarte fundamental, del automovilismo chivilcoyano y argentino. 

La página evocativa de la fecha, la destinaremos, a la digna y merecida recordación, de la polifacética y singular figura, del piloto, técnico mecánico y gran preparador de automóviles de competencia, Pablo Oscar Satriano, quien sin dudas, a lo largo de muchos años, de una intensa e infatigable labor, supo caracterizarse, por su auténtica y apasionada vocación tuerca, sus profundos y sólidos conocimientos, en la materia, su gran tenacidad personal y, sus múltiples habilidades profesionales; marcando y señalando, junto a su hermano, el notable y popularizado piloto de Turismo Carretera, Emilio Salvador Satriano ( nacido el 28 de junio de1952), una gloriosa e inolvidable época de oro, del automovilismo chivilcoyano y argentino, con una vasta proyección y trascendencia deportiva, a nivel nacional e internacional. Pablo Oscar Satriano, había visto la luz, en 1942, y cursó sus estudios medios, en las aulas de la Escuela de Educación Técnica Nro. 1 “Dr. Mariano Moreno”. Comenzó sus actividades, en la firma “Velafé”, y posteriormente, pasó a desempeñarse, en un taller ubicado sobre la calle Belgrano, en la intersección con la calle Alsina. Participó, como volante, en innumerables y exitosas carreras, a bordo de un karting, de su coche Citroën, y de otros vehículos, como una Coupé Fiat 125 y un Fiat 128; competencias llevadas a cabo, en el Autódromo de la ciudad de Buenos Aires, y en la categoría Turismo Nacional, junto a su hermano Emilio, Carlos Calandrino y Juan María Ayarza Garré. Tiempo más tarde, de una manera entusiasta, seria y comprometida, hubo de abocarse a la preparación del automóvil, y la conducción del equipo, de su hermano, Emilio Salvador Satriano, piloto, de Turismo Nacional, y luego, de Turismo Carretera, a partir del inicio, de la década de 1980 (su debut, se registró en Tandil, el 7 de diciembre de 1980);  obteniendo un primer y resonante triunfo, en la vuelta de Olavarría, el 19 de abril de 1981. Fue entonces que, se instaló con su taller, en un local de la avenida Soarez, y allí, en compañía de un selecto equipo, realizó sus diversas y significativas actividades. Arduas luchas, empeñosos esfuerzos, inquebrantable voluntad realizadora, ingenio, creatividad, ilusiones y muchos hermosos sueños; el subcampeonato, logrado en 1985 y, finalmente, el ansiado y entrañable título, para Emilio Salvador Satriano, de Campeón de Turismo Carretera, con automóvil, marca Chevrolet,  el domingo 16 de diciembre de 1990, en el circuito de la ciudad bonaerense de Tandil. En una nota periodística, aparecida en las páginas del matutino local “La Razón”, el jueves 11 de octubre de 1973, bajo el título: “El Auto Club Chivilcoy, “entidad tuerca” propulsora del deporte volante – El aporte chivilcoyano en las competencias automovilísticas”, con textos del estudioso y destacado investigador y periodista, Enzo Alfredo Balducci (1920 – 1986), refiriéndose a Pablo Satriano, podemos leer: “Hermano de Emilio, Pablo Satriano, de 31 años de edad, es casado y tiene una hija. Cursó estudios en la Escuela Técnica, y actualmente, instaló un taller mecánico, donde específicamente, atiende unidades marca Citroën. A los 18 años, comenzó a correr con motos y kartings, logrando triunfar en 120 carreras. Empezó a correr con Citroën, en las 12 horas de 25 de Mayo, donde tuvo que abandonar por fallas mecánicas. Después, participó en las 30 horas, en el Autódromo Municipal, llegando décimo, a raíz de problemas, en la máquina. En las 6 horas, en el Autódromo Municipal, ganó la prueba. Llegó tercero, en la prueba 12 horas de Tucumán; en el premio “Primavera”, en el Autódromo Municipal, se clasificó segundo; en el mismo Autódromo, y en el premio “Desafío a los Pequeños Valientes”, llegó quinto. Posteriormente, participó en competencias, con una coupé Fiat 125, clasificándose décimo segundo, en Río Cuarto. En Tandil, llegó segundo. La última carrera, tuvo por escenario, la Villa Carlos Paz, de Córdoba, donde abandonó, a raíz de un percance, con la correa del ventilador”. Por otra parte, en una publicación, de 1976, realizada con motivo del décimo aniversario, del Auto Club Chivilcoy, fundado el 3 de enero de 1965, sobre Pablo Satriano, se manifiesta: “Al igual que su hermano Emilio, las mejores actuaciones, las produjo a bordo del Citroën. En pareja con él, ganaron varias carreras de larga duración, en el Autódromo de Buenos Aires, convirtiéndose en pilotos de primera línea, dentro de la categoría. En Turismo Nacional, clasificó cuarto en La Carlota, en 1974, y segundo, en la competencia zonal, en Tandil. Hábil mecánico, es junto a su hermano, responsable de la preparación del Citroën, como así también, del Fiat Iava, de Turismo Nacional”. Padre de Silvia, Marcela y Cristian, el 22 de octubre de 1995, bajo la gestión municipal, del Dr. Jorge Adalberto Juancorena, con su hermano Emilio, fue declarado, legítima y merecidamente, “Ciudadano Ilustre”, de Chivilcoy. Pablo Oscar Satriano, falleció, a los 76 años de edad, el 2 de diciembre de 2018. Pero seguramente, su nombre, su obra y,  su aleccionador y bello ejemplo, de autenticidad, trabajo y honradez de conducta, habrán de vivir y perdurar para siempre, en el corazón del historial, noble y fierrero, del automovilismo chivilcoyano y argentino.

Alma tuerca, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

ALMA tuerca, destreza apasionante, que nos colma de euforia verdadera; emoción espontánea y duradera, honda fuerza interior, grito vibrante. Garra, pulso y valor, firme volante, voluntad, que hace el cambio y acelera, y en la recta final de la carrera, con su coche veloz, marcha adelante. Larga pista, rugido de motores, autos, fierros y bravos corredores, curvas, tiempos y anhelos de victoria… Alma tuerca, que sueña alborozada, y festeja, después de la llegada, en el podio del triunfo y de la gloria.