Un libro de 1905, y los poetas uruguayos, Heraclio Claudio (1833 – 1868) y Carlos Augusto Fajardo (1830 – 1920), quienes residieron en Chivilcoy, en la segunda mitad del siglo XIX.

Un libro de 1905, y los poetas uruguayos, Heraclio Claudio (1833 – 1868) y Carlos Augusto Fajardo (1830 – 1920), quienes residieron en Chivilcoy, en la segunda mitad del siglo XIX.

febrero 19, 2019 0 Por archivol
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Del amplio y heterogéneo patrimonio bibliográfico y documental, del Archivo Literario, rescatamos hoy, un curioso e ilustrativo libro, del año 1905, titulado: “El Parnaso Oriental – Antología de poetas uruguayos –“, del cual es autor, Raúl Montero Bustamante, y que se editó, en la ciudad de Montevideo, en los talleres gráficos, de la casa “Maucci e hijos”. En dicho volumen, entre las páginas 76 y 81, podemos hallar, distintos textos, pertenecientes a los notables y destacados hermanos, Heraclio Claudio y Carlos Augusto Fajardo, dos poetas y periodistas, oriundos de la hermana República del Uruguay, quienes hubieron de residir, aquí, en Chivilcoy, desde fines de la década de 1850.

Heraclio Claudio Fajardo, poeta, periodista y dramaturgo, de intensa y breve existencia, se caracterizó por su espíritu soñador y romántico, su clara y fluida inspiración, su auténtica vena creativa y, su hondo y refinado lirismo. Había nacido, en la Villa de San Carlos, de la Banda Oriental, el 30 de octubre de 1833, y desde la tierna y dulce etapa de su adolescencia y juventud, se volcó, de una manera apasionada y fervorosa, al campo de las letras y los ámbitos de la prensa; colaborando, en distintos órganos periodísticos, de la época, junto a figuras, como Domingo Faustino Sarmiento, Carlos Calvo, José Mármol, Alejandro Magariños Cervantes, Héctor Varela y Juan Carlos Gómez.

 A la edad de veintidós años, compuso la magnífica y celebrada pieza escénica: “Camila O´Gorman”, estrenada, hacia 1856, en el teatro Solís, de Montevideo, y fue autor del libro: “Montevideo bajo el azote epidémico”, de 1857, referente a la devastadora e implacable epidemia de cólera, que asoló al vecino país, a fines de la década de 1850, y los sentidos y bellos volúmenes de versos, titulados: “Suspiros de la Lira” y “Arenas del Uruguay”; este último, editado en 1862, en la imprenta del diario “La Tribuna”, de los hermanos Varela.

 Arribó a nuestra región geográfica, del oeste bonaerense, hacia los últimos años, de la década de 1850, en compañía de su hermano, el poeta, periodista y, primer escribano público de Chivilcoy, Don Carlos Augusto Fajardo, y se estableció, en una antigua y pintoresca finca, ubicada sobre la calle San Martín Nro. 114, denominada “La Casa de la Lira”, por la presencia de un enrejado, con la forma de dicho instrumento musical, en la parte superior, de la fachada, del citado inmueble.

 En esa Casa, también habitó, el gran poeta lugareño, Carlos Ortiz, autor del hermoso “Poema de las Mieses”, quien había nacido, el 27 de enero de 1870, y falleció, en dicho lugar, a la temprana edad de 40 años, como consecuencia de las heridas, de armas de fuego, sufridas, la noche anterior, en las instalaciones del Club Social, donde se despedía, al entonces director de la Escuela Normal, profesor Alejandro Mathus,  el 3 de marzo de 1910. El último propietario del inmueble, al final demolido, en el mes de enero de 2007, fue el señor Miguel Cardenutto. Profundamente abatido, por la desaparición física de su prometida, la joven Adelaida Mann, el 9 de octubre de 1863, Heraclio Claudio Fajardo, falleció, prematuramente, a los 34 años de edad, el 1 de enero de 1868.

Carlos Augusto Fajardo, poeta y periodista, de larga y fecunda vida, se identificó y destacó, por sus altos principios y valores morales, su férrea y admirable rectitud e integridad de conducta, sus múltiples y plausibles iniciativas e inquietudes, sociales, educativas y culturales, sus claras virtudes cívicas y, su gran amor y valerosa defensa, del  supremo ideal de justicia, libertad y verdad.

 Nacido en la Villa de San Carlos, de la República del Uruguay, el 10 de agosto de 1830, en tiempos de su ardorosa y aguerrida juventud, hubo de ejercer, con decisión y coraje, un leal y comprometido periodismo militante, y a raíz de un movimiento revolucionario, la imprenta de su diario “El Nacional”, fue inutilizada, y él, forzado a exiliarse, en la otra orilla del Río de la Plata. Llegó a Chivilcoy, hacia 1858, y aquí, en este medio, se desempeñó como Oficial primero, de la cuarta Prefectura Política, con asiento en nuestra ciudad y, jurisdicción y competencia, sobre los distritos de Mercedes, Navarro, Lobos, Veinticinco de Mayo y Bragado. En la faz bélica y castrense, ostentando el grado de capitán, y en la condición de ayudante, del general Bartolomé Mitre, participó, dentro de las filas del ejército de Buenos Aires, en las batallas de Cepeda y de Pavón.

Digno y prestigioso primer escribano público de Chivilcoy, fue uno de los fundadores y directores, junto al periodista y escritor, Miguel Calderón, del periódico bisemanal “La Campaña”; promisoria y vibrante voz inicial, de la prensa lugareña, cuyo número uno, data del jueves 18 de marzo de 1875. Don Carlos Augusto Fajardo, fue además, regente de la Mesa Especial de Tierras Fiscales, secretario de la Municipalidad, consejero escolar, miembro de la Comisión Protectora de Escuelas, presidente de la subcomisión de Inmigración, secretario de la primera Biblioteca Popular, fundada por la gran pedagoga y escritora argentina, Juana Paula Manso (1819 – 1875), que hubo de inaugurar su propia sede, el 25 de Mayo de 1872, etc.

 En 1881, abandonó Chivilcoy, y se trasladó a la zona de la futura ciudad de La Plata, creada por Dardo Rocha, el 19 de noviembre de 1882. Estrecho y directo colaborador del Dr. Rocha, se desempeñó como primer Juez de Paz y primer escribano público, de La Plata, desde los auspiciosos y esperanzados albores, de la capital bonaerense. Y allí, en la ciudad de La Plata, falleció, a la avanzada edad de 90 años, el 20 de agosto de 1920. Autor de inspirados y sentidos versos, en 1893, hubo de editar el volumen “Reminiscencias”, en el cual, recopiló, buena parte de sus composiciones poéticas. Una calle de nuestra ciudad, la Nro. 86,  prolonga la memoria, de su honroso e ilustre nombre.

En el libro “El Parnaso Oriental”, sobre la figura de Heraclio Claudio Fajardo, leemos: “Heraclio Claudio Fajardo, pertenece a aquel brillante grupo de poetas, encabezado por Fermín Ferreira y Artigas, herederos de la musa doliente y melancólica, de Juan Carlos Gómez. Nació en San Carlos, el 30 de octubre de 1833; desde muy corta edad, ingresó al periodismo, redactando “El Nacional”. Es autor, de un tomo de versos, hoy agotado, titulado “Arenas del Uruguay”, y además, escribió el drama “Camila O´Gorman”; amén de su canto laureado “América y Colón”, y las composiciones sueltas, que publicó en la prensa del país. Proscripto en Buenos Aires, falleció en 1868. Sus versos, son en general buenos, y se caracterizan por ese romanticismo, que predominó en el segundo tercio del siglo XIX”.

Respecto de Carlos Augusto Fajardo, el volumen “El Parnaso Oriental”, puntualizaba: “Carlos A. Fajardo, es hermano de Heraclio, y como éste, desde temprana edad, escribió para el público. Alejandro Magariños Cervantes, tuvo para él, frases de encomio. Sus versos, de una inspiración pura, son poco conocidos. Se basó en buenos modelos románticos, y cultivó con éxito, ese género”.

A los hermanos Fajardo, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director –  organizador del  Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Hoy, recordar, yo quisiera, claramente, a  cada hermano: El noble y probo escribano, el poeta y su quimera… Y sé, en forma bien certera, que toda su trayectoria, brotó, con pujanza y gloria, junto al cielo ciudadano, alumbrando – sol cercano -, la senda de nuestra historia.