Publicación didáctica del Archivo Literario Municipal, con motivo de la celebración del 206 aniversario de la Revolución criolla del 25 de Mayo de 1810 y la instauración de la Primera Junta de gobierno patrio, que significó el comienzo de nuestra hermosa argentinidad.
Los próceres de Mayo, nos dijeron: “Queremos Patria para nosotros y para nuestros hijos; queremos la Libertad como un derecho conquistado por nuestros esfuerzos. Queremos gobernarnos; tener la responsabilidad de nuestras obras y de nuestros actos. Queremos que todos los que habiten este suelo, pobres y ricos, participen de nuestros afanes y esperanzas, y tengan las recompensas que merecen”.
RECUERDOS DE BUENOS AIRES
Recuerdos de Buenos Aires, Buenos aires colonial, cuya imagen tan lejana, florece como un rosal… Recuerdos de aquellas calles, que supieron recorrer, y hoy, se pierden, lentamente, por las sendas del ayer… Recuerdos de viejas casas, con su adornado salón, sus patios y sus aljibes, su encanto y su tradición… Recuerdos del aguatero, con el carro y el tonel; y voces que pregonaban: Tengo pan, velas, pastel… Recuerdos inolvidables, de tanto buen vendedor, que su producto ofrecía, con empeño y mucho amor… Recuerdo de las tertulias, y algún aire musical… Galeras, trajes, bastones. Buenos Aires colonial.
UN GRITO DE LIBERTAD
En la historia, se oyó un grito, un grito de Libertad, que se escuchó, largo y fuerte, con clara sonoridad. El grito muy clamoroso, de una futura Nación, que era entusiasmo y coraje, fibra, sueño y corazón. Ese grito, que en el tiempo, nunca deja de vibrar, porque encierra, en lo más hondo, toda el alma popular. Ese grito tan valiente, que un gran día, germinó, y después, por las provincias, velozmente, se extendió. Ese grito memorable, de un auténtico sentir, que iluminó, con su aurora, el cielo del porvenir. En la historia, se oyó un grito, con firmeza y voluntad. La palabra de los criollos. El grito de Libertad.
UN 25 DE MAYO…
Un 25 de Mayo, del que nadie, se olvidó, nuestra Patria, fiel y hermosa, con gran impulso, nació. Un día que fue nublado, sin ninguna claridad, la persistente llovizna, y el ansia de Libertad. El viejo y noble cabildo, como un emblema y bastión, estaba allí, frente a todos, lleno de enorme emoción… La plaza, con los paraguas – paisaje de gris color -, y la presencia del pueblo, que entregaba su fervor. Los próceres de la historia, – buenos criollos, de verdad -, y aquella Primera Junta, proclamando la Igualdad… El júbilo de la gente, que en las calles, despertó, y el sol feliz, que de pronto, en el cielo apareció… Un 25 de Mayo, de la cabeza a los pies. El 25 de Mayo, de mil ochocientos diez.
[su_carousel source=»media: 2888,2887,2886,2885,2884,2883,2882,2881,2880,2878,2877″ link=»image» target=»blank» width=»400″]