Fundado el 18 de octubre de 1984, es una obra real y concreta, al servicio de la comunidad.
En las instalaciones del Museo Municipal de Artes Plásticas (Pompeo Boggio), ubicado en la calle Bolívar 319, funciona la sala del Archivo Literario Municipal, que viene desarrollando distintas actividades, ligadas al rescate, la salvaguarda y, la permanente difusión de nuestro pasado lugareño, la memoria ciudadana y la historia de Chivilcoy. El Archivo Literario, se fundó el 18 de octubre de 1984, por la iniciativa y la acción realizadora del Procurador Carlos Armando Costanzo, a quien luego, se designó su director-organizador, mediante sistema de concurso público, de oposición y antecedente. Dicho repositorio surgió desde la nada y un punto cero, y hoy puede exhibir y presentar, un heterogéneo y amplio patrimonio bibliográfico, histórico y documental, q ue está siempre al servicio de toda nuestra comunidad. El citado acervo, se compone de ejemplares diarios, revistas, libros, enciclopedias, colecciones, folletos, recortes periodísticos y, una apreciable material, sobre la vida y la producción de los escritores chivilcoyanos, y los más diversos aspectos de la historia de nuestra ciudad. El Archivo, cuenta en internet, con dos páginas, destinadas a la constante divulgación, del ayer lugareño: las páginas facebook y web, que pueden visitarse y consultarse, todos los días, pues, en forma de efemérides, ofrecen cada jornada, diferentes acontecimientos, figuras y personajes de la historia de Chivilcoy. A la página facebook, se tiene acceso, marcando: “Archivo Literario Municipal”, y a la página web: www.archivoliterariochivilcoy.com .La confección de las mencionadas páginas, se encuentra a cargo, del secretario técnico del Archivo Literario Municipal, el Máster en P.C e informática, Germán Carlos Nicolini, quien además, viene elaborando un perfil de Instagram, con numerosas fotografías de Chivilcoy y sus diferentes sectores geográficos. El Archivo Literario, constituye una obra cultural, real y concreta, que rescata, conserva, investiga y difunde, de un modo sostenido, el pasado local; mantiene viva, la memoria ciudadana, y salva nuestra historia, de la muerte y el gris olvido… El repositorio, con una función social y educativa, tiene un propósito didáctico y docente, siempre al servicio de la gente y de toda nuestra comunidad de Chivilcoy.
Debemos predicar y sembrar, con la conducta, el testimonio y el buen ejemplo de vida infundiendo e inculcando, principios éticos, valores morales, conocimientos y enseñanzas. Debemos recuperar la conciencia, la cultura y el espíritu del trabajo, el esfuerzo, el estudio y los auténticos méritos personales. Debemos recobrar y reivindicar el amor hacia el prójimo, la humildad, la honradez, la verdad, la justicia, el respeto, la educación, la nobleza y la transparencia… Un buen ejemplo, representa mucho más, que miles de promesas y vanas, y meras palabras… Debemos trabajar más y hablar mucho menos, interpretando el momento histórico, que atravesamos: Es la hora, de los hechos y los resultados, tangibles y positivos, no de las palabras. Bien lo señaló, el gran filósofo español, José Ortega y Gasset, cuando al visitar nuestro país, nos dijo: “¡Argentinos, a las cosas!”. Los hombres, al igual que los árboles, se conocen por sus propios frutos. Qué nuestra sociedad, cotemplando con optimismo, el porvenir del país y de la patria, recobre sus proyectos, su fuerza y su aliento hacedor, dejando para siempre, atrás, la deprimente sensación del tiempo perdido, la frustración y la desesperanza… Qué nuestra sociedad, sepa reflexionar, sobre estos temas: La importancia de un genuino cambio de mentalidad, criterio y actitud, frente a la verborragia, o exceso de palabras; el “Aquí no pasa nada”; el “Todo da lo mismo”, y el triste y desalentador “Más de lo mismo”. Los hombres, son como los árboles: se conocen por sus frutos.
Al igual que los árboles, soneto de Carlos Armando Costanzo.
Al igual que los árboles, nacemos, al igual que los árboles, morimos. Bajo un cielo de pájaros, crecemos, y el paisaje del mundo, descubrimos. A lo largo del tiempo, florecemos, el amor o el dolor, siempre sentimos; un camino de sueños, recorremos, y una clara misión, también cumplimos. Allí estamos, luchando en forma diaria, con la firme entereza necesaria, el impulso y la fe nunca perdida… Y al igual que los árboles, la gente, llegará a conocernos, totalmente, por los frutos que ha dado nuestra vida.