“Ojalá que, en el futuro, la Argentina, deje de ser el ispa del afano, donde siempre pierde el pobre laburante, que la yuga todo el día, y termina ganando el tipo malandra y chorro, que se llenó de guita fácil, sin ningún jotraba, la vive de fifí y bacán, la pasa piola y bomba, y nunca lo engayolan y va en cana…”
Qué la conmemoración del Bicentenario, de la solemne y gloriosa declaración de nuestra Independencia Nacional, en la benemérita ciudad de San Miguel de Tucumán, aquel histórico martes 9 de Julio de 1816, nos invite a reflexionar, sobre la imperiosa necesidad, de recuperar los principios éticos y los valores morales, humanos y espirituales; la justicia, la honradez, la verdad, la transparencia ética y la rectitud y austeridad republicanas; la educación, el saber y la enseñanza, y la cultura del trabajo, el esfuerzo, el estudio y los méritos personales. Qué esta trascendental efemérides de la argentinidad, le permita a la Patria y a todo el pueblo unido o mancomunado, por el mismo anhelo e idénticos objetivos, encontrar el certero camino de la paz, la concordia, la acción constructiva, el progreso y el futuro esperanzado y luminoso. Un compadrito y taita, canyengue y canfinflero, me bocinó el otro yorno: Debemos predicar y sembrar, con el buen ejemplo, la conducta y el testimonio de nuestra propia existencia; infundiendo e inculcando, todos esos principios y valores. Un buen ejemplo, representa mucho más, que miles de vanas e inútiles palabras. Menos expresiones verbales y más hechos, reales y concretos… Los hombres, como los árboles, se conocen por sus frutos.
Casita de Tucumán
Hoy, te juno otra vez, feliz y piola, en tu lunga pachorra provinciana, con tu pinta de ayer, posta y ufana, tu fragancia y tu sala más chipola. Hoy, te juno, te bato una parola, me aproximo, canchero, a tu ventana, y te pido, casita tucumana, que escuchés mi chamuyo, y me des bola… Hoy, te juno otra vez, esta matina, y sé bien que palpita la Argentina, en tu cuore patriótico y tu esencia… Porque un yorno, de tantos que pasaron, en tu zapie, unos tordos declararon, la debute y gloriosa independencia.
Al Dr. Francisco Narciso Laprida (1786 – 1829).
Don Francisco Narciso de Laprida, hoy, lo juno, a lo lejos, de repente, y lo siento en el cure, claramente, de manera debute y conmovida. Y me copan su parla decidida, su pulenta de firme presidente, su guapeza, de tipo muy valiente, el final tan fulero de su vida… Hoy, lo juno en la casa tucumana: El Congreso, de facha soberana, los chamuyos, la jeta jubilosa… Y manyando la historia y el pasado, puedo verlo en el bronce más dorado, de una Patria bien posta y luminosa.
Vieja Patria
Vieja Patria, de lunga y rica historia, que cinchás, de hace tiempo, cada día, y con mucha polenta y valentía, vas pispeando tu firme trayectoria. Vieja Patria – laureles, bronce y gloria -, que te siento al igual que un buen gomía, con tu aguante banana, tu energía, tu debute recuerdo y tu memoria… Vieja Patria, de embale y fortaleza, un gran cacho de fe, clara nobleza, macanuda pasión, flor de pujanza… Yo te quiero pedir, morfi y laburo, la honradez, los valores y un futuro…, un futuro bien posta, de esperanza.
Procurador Carlos Armando Costanzo, Fundador y director organizador del Archivo Literario Municipal y del Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia Porteña de Lunfardo.
Germán Carlos Nicolini, secretario técnico del Archivo, Máster en P.C. e Informática. Diseñador de la web.
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