Don Atilio Maradei, presidente, durante muchos años, de la Federación de Entidades de Fomento del Partido de Chivilcoy, organizada, el 24 de abril de 1984.
El 15 de septiembre de 2010, a los 75 años de edad, falleció en nuestra ciudad, el polifacético y destacado dirigente fomentista y hombre público, Atilio Luis Maradei, quien a lo largo de su tenaz e infatigable trayectoria, se caracterizó, en la conducta, y cada uno de los procederes, por su gran contracción hacia el trabajo, su fiel e inquebrantable coherencia ideológica, su espíritu realizador y ejecutivo y, su admirable y ejemplar honradez personal. Nacido el 4 de enero de 1935, fue durante muchos años, de una sostenida y ardua tarea, presidente y singular propulsor de la Sociedad de Fomento, del Barrio del Pito, y asimismo, hubo de presidir la Federación de Entidades de Fomento, del Partido de Chivilcoy, reorganizada por él, un 24 de abril de 1984. El 22 de noviembre de 1986, se llevó a cabo, la inauguración oficial del Centro Médico del Barrio del Pito; un organismo asistencial, que se fundó, a través de su iniciativa, y su acción pujante y emprendedora. Dicho Centro, ha cumplido, en varias fructíferas décadas, una intensa y extraordinaria labor; logrando satisfacer, de ese modo, las necesidades individuales, familiares y sociales, de aquella populosa barriada, de la sección tercera, de nuestra ciudad, haciéndolo siempre, en favor de todo el vecindario de la zona. Al Centro Médico del Barrio del Pito, se le impuso el nombre, del médico cirujano y artista plástico, Dr. Daniel Emilio Pastorino (1926 – 2005), quien, a decir verdad, – más allá de sus relevantes méritos profesionales -, jamás tuvo vinculación alguna, con la historia y las diversas actividades, del citado Centro. Ciertamente, fue un acto de clara arbitrariedad e injusticia, pues, el Centro, sin duda alguna, hubiera merecido la denominación de Atilio Luis Maradei; recordando la figura de su auténtico fundador, promotor y animador, el cual, supo volcar su laboriosidad, su profundo empeño y sus mejores esfuerzos, para concretar esa importante obra. Maradei, que también ocupó el cargo de Defensor de la Seguridad, a fines de la década de 1990, fue un genuino modelo de constante trabajo, lucha, entereza moral y honestidad, y lejos del silencio y el gris olvido, hoy, bien merece, un lugar, en los anales del movimiento fomentista y en nuestro historial ciudadano; un lugar, de reconocimiento y sentido homenaje.
