Historia de Chivilcoy: Sucesos del mes de Enero…

El 25 de enero de 1868, dejó de existir en Buenos Aires, a los 52 años de edad, víctima de una grave e implacable epidemia de cólera morbo, el ilustre y glorioso fundador, propulsor y gran constructor de Chivilcoy, en los tiempos iniciales, Manuel Antonio del Carmen Villarino – tales eran sus nombres completos -, quien, a lo largo de una tenaz e infatigable trayectoria pública, supo caracterizarse y destacarse por su clara inteligencia y admirable visión de futuro, su honda sensibilidad espiritual, sus genuinas aficiones artísticas, hacia la poesía y la música, su pujante laboriosidad, sus numerosos proyectos y ponderables iniciativas, su amplia instrucción y sólidos conocimientos y, su singular afán de superación, avance y progreso.

Todas ellas, cualidades y condiciones personales, que se sumaban a sus atributos y virtudes morales, de nobleza, bondad interior, rectitud, honradez, integridad y transparencia. Manuel Villarino, falleció en una vivienda de la calle Piedad al 600, de la Capital, y sus restos se inhumaron en el cementerio o enterratorio porteño; pero con posterioridad, nunca pudieron ser localizados e individualizados, y así, infortunadamente, de una forma inexorable, se perdieron. Manuel Antonio del Carmen Villarino, había nacido en Buenos, el 17 de junio de 1815, bajo el hogar de Don Francisco Villarino y Doña Teresa Fernández, y a principios de la década de 1850, arribó a nuestra zona geográfica del oeste bonaerense; estableciendo vínculos comerciales con el comerciante lugareño, Diego Whitte, el cual, le confió unos trabajos de agrimensura, pues Villarino, poseía una digna y estimable versación, al respecto. Autor del texto de la memorable “Protesta de los trescientos labradores”, fechada el 22 de mayo de 1854, donde se solicitaba la venta o el arrendamiento de las tierras fiscales del Partido, en manos de unos pocos latifundistas; hubo de redactar el acta fundacional de nuestra ciudad, aquel histórico y memorable domingo 22 de octubre de 1854; efectuó el simétrico y armonioso trazado urbano, de Chivilcoy, aprobado por el Superior Gobierno de la provincia de Buenos Aires , merced al dictamen favorable de la Dirección Topográfica, el 20 de julio de 1855; integró y presidió la Corporación Municipal, primer gobierno de la comuna, instalado y constituido, el 25 de marzo de 1856, y por su propia iniciativa, dentro de la Corporación Municipal, el 6 de noviembre de 1866, se bautizaron las distintas plazas, de nuestra ciudad. En agosto de 1872, en su homenaje, se le asignó el nombre de Villarino, al primer Mercado Municipal, instalado en la intersección de la avenida Soarez y la calle Alvear, y en noviembre de 1895, el Honorable Concejo Deliberante, le otorgó la denominación de Villarino, a una de las cuatro principales avenidas de Chivilcoy. Además, la Escuela primaria Nro. 4, creada el 1 de julio de 1868 y sita en la esquina de la avenida Villarino y la calle Saavedra; como también, el Club Atlético, fundado el 18  de abril de 1940, llevan su eterno y glorioso nombre.

El 27 de enero de 1870, nació en la estancia “Las Palmeras”, dentro de nuestro distrito bonaerense de Chivilcoy, bajo el hogar de Don Francisco Ortiz y Acosta y Doña Petrona Calderón, el inspirado y eximio poeta Carlos Ortiz, quien, se caracterizó y distinguió por su auténtica y profunda sensibilidad interior, su gran nobleza espiritual y, su genuino y elevado lirismo. En 1899, entregó a la estampa el volumen “Rosas del crepúsculo”, con la notoria influencia del movimiento modernista, del célebre vate nicaragüense Rubén Darío, y en el mes de noviembre de 1901, publicó el bello y memorable “Poema de las Mieses”, dividido en un prólogo y doce cantos, cuyo personaje principal es Ervar, el laborioso y esforzado labriego. Además, fue autor de otros trabajos, titulados: “El grito de los fuertes”, “El cuerno florido”, “Mensajes líricos” y, “Cantos de amor, de esperanza y de duda”. Falleció a la prematura edad de 40 años, el 3 de marzo de 1910, como consecuencia de las graves heridas que, sufriera la aciaga noche anterior del 2 de marzo, durante el transcurso de un banquete llevado a cabo en las instalaciones del Club Social de Chivilcoy, para despedir al director de la Escuela Normal “Domingo Faustino Sarmiento”, profesor Alejandro Mathus (1870 – 1921), trasladado por razones de índole política, a la provincia de Mendoza. Los restos del poeta Carlos Ortiz, descansan en una bóveda familiar, en el cementerio porteño de La Recoleta. El 22 de octubre de 1939, durante la gestión del entonces intendente municipal, Generoso Fernando Falivene, en la plaza principal 25 de Mayo, se inauguró un busto de Carlos Ortiz; obra artística del notable escultor argentino, Juan Zuretti; en el mes de noviembre de 1963, se le impuso a la Escuela primaria Nro. 28, creada en 1903 y popularmente conocida como la “Escuela de chapas”, el nombre del gran vate chivilcoyano, descubriéndose un busto de éste, que realizó el destacado escultor, docente y hombre público local, profesor Antonio Bardi y, en el mes de enero de 1970, al conmemorarse el centenario del natalicio de Ortiz, se le asignó su nombre, a la calle Nro. 75, de nuestra ciudad.

El 27 de enero de 1892, se efectuó la inauguración y habilitación, aquí, en Chivilcoy, de la sucursal del Banco de la Nación Argentina; tratándose de la quinta de esas sucursales, creada en todo el país, desde la fundación de dicho Banco, en 1891, durante la etapa presidencial del Dr. Carlos Pellegrini. El primer gerente de la mencionada sucursal, fue Ramón Márquez y, el imponente y majestuoso edificio de esta entidad financiera y crediticia, ubicado en la intersección de la calle Moreno y la avenida Soarez, frente a la plaza principal 25 de Mayo, hubo de inaugurarse el 14 de junio de 1909.

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano. Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, secretario del Archivo Literario Municipal.