Homenaje al Bar “Mami”

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El señor Jorge Scalerandi y sus colaboradores, en el tradicional Bar "Mami".

El señor Jorge Scalerandi y sus colaboradores, en el tradicional Bar «Mami».

El viernes 9 de septiembre, del presente año 2016, se llevó a cabo, una atrayente exposición, sobre el antiguo y ya tradicional bar “Mami”, de nuestra ciudad, realizada por los alumnos del taller de fotoperiodismo, a cargo del profesor Daniel Bragini. El citado grupo, está compuesto por Blanca González, Graciela Natiello, María Inés Mandalunis, Leonardo Cosimano, Daniel Cantero, Florencia Cantero, Daniel Dólera, Carolina Giuliano, Estela Benítez y Rubén Laurella. El típico y pintoresco bar “Mami”, sin dudas, un local gastronómico, que atesora una larga y rica historia, hondamente arraigada en el corazón del vecindario y de la comunidad de Chivilcoy, se encuentra ubicado, en la avenida Villarino Nro. 62. Según versiones fidedignas, en dicho lugar, había funcionado el Partido Demócrata Nacional, sede política, de los viejos conservadores. El bar, nació a comienzos de la década de 1950, fundado por el inolvidable heladero, Oscar Cadavid (1916 – 1997), singular pionero, de la mencionada actividad, a quien acompañaba su esposa, la docente María Angélica Torres, la cual, hubo de proponer, el simpático y enternecedor nombre de “Mami”, que en los inicios, cumplía funciones de bar y de heladería. Desde el año 1981, conduce los destinos del bar, el señor Jorge Omar Scalerandi, que junto a sus activos y eficientes colaboradores, prolonga en el tiempo y el curso de los años, la tradición y el espíritu de un comercio, que constituye una significativa porción, y todo un glorioso baluarte, del historial de Chivilcoy, y de nuestra genuina identidad ciudadana.

Al Bar “Mami”, soneto lunfardesco, de Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo.

Hoy, te embroco de frente, bar chipola, y te siento polenta y buen gomía, con tu flor de atención y tu alegría, tu laburo y tu facha siempre piola. Hoy, te embroco y te bato mi parola de canyengue homenaje y de puesía, por tu posta labor de cada día, que llenó mi busarda y mi sabiola. Allí estás, con tus mesas y tu estaño, el chamuyo, un recuerdo fiel de antaño, morfi, escabio y tu pinta cotidiana… Y al junarte de cerca, te saludo, bar del alma, debute y macanudo, que sos gran tradición chivilcoyana.