Homenaje al médico, en lunfardo
Cada 3 de diciembre, se conmemora su significativo Día, donde se subraya la valiosa labor de este profesional de la salud.
La evocación del Dr. Carlos Juan Finlay, cuyo recuerdo determinó esta importante fecha.
Cada 3 de diciembre, se conmemora el Día del Médico, una grata y singular efemérides de nuestro calendario, establecida en recordación a la notable y prestigiosa personalidad del eminente médico, investigador y científico cubano, Dr. Carlos Juan Finlay, quien había nacido en 1833 y falleció en 1915. El Dr. Finlay, fue el autor de una serie de apreciables trabajos, acerca de las causas y los orígenes de distintas enfermedades o patologías, las cuales, alcanzaron el nivel de graves epidemias en su país natal y en diferentes regiones geográficas tropicales, como la fiebre amarilla, el muermo y la fiebre tifoidea. Cuando comenzó su labor, hacia el año 1881, sus estudios e investigaciones, se desestimaron y rechazaron; pero dos décadas más tarde, en 1901, esos estudios del Dr. Finlay, estuvieron confirmados y avalados, a través de una comisión de carácter especializado; recibiendo así, la bien merecida y honrosa gloria, por su gran aporte al historial de la medicina. De esa manera, se premiaba y galardonaba, la profunda voluntad realizadora, la férrea tenacidad y la admirable perseverancia del Dr. Finlay, que no se arredró ante los escollos y dificultades y, siguiendo siempre adelante, logró su noble y fundamental objetivo: las causales de esas devastadoras enfermedades epidémicas, que tenían como agente de transmisión a un mosquito, y que asolaron diferentes países de la zona del Caribe.
Y nosotros, a manera de sentido homenaje, le decimos al médico, en la voz del lunfardo; remarcando y exaltando sus cualidades y virtudes, humanas y profesionales, que dignifican y enaltecen su tarea, en el campo de la salud.
Soneto al médico, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Hoy, te vengo a batir – voz necesaria -, / este posta homenaje a tu figura, / por tu cuore de amor y de ternura / y tu mano canchera y solidaria. / Para vos, por tu lunga lucha diaria, / tu sabiola de ciencia, que carbura, / y tu esfuerzo pulenta que labura, / con un kilo de entrega humanitaria… / Para vos, por tu espíritu fratelo, / tu parola de alivio y de consuelo, / tu asistencia fetén y sostenida… / Y así, tordo, yo siempre quiero verte, / bien debute, delante de la muerte, / defendiendo el milagro de la vida.