El 6 de noviembre de 1893, a la hora 16, durante la administración del Dr. Ireneo A. Moras, siendo secretario de la comuna, Don Ernesto A. Barbagelata, se llevó a cabo, la ceremonia oficial de inauguración y bendición del Cementerio Municipal, el cual, comenzó a construirse, a principios de la década de 1890, sobre la base de los respectivos planos, confeccionados por el ingeniero Fernando Ortiz. El primer cadáver, que se inhumó en dicha necrópolis, hubo de corresponder a la señora María Gattinoni, abuela del destacado poeta, escritor y diplomático chivilcoyano, Arturo Lagorio (1892 – 1969). Al inaugurarse el citado enterratorio, se procedió a la clausura del viejo Cementerio de nuestra ciudad, que desde el ángulo geográfico, se encontraba ubicado, en la zona de la avenida 22 de Octubre, la Escuela Nro. 33 “Dr. José León Suárez” y el Barrio P.Y.M. (Provincia y Municipio), habilitado el 22 de octubre de 1969. El mencionado Cementerio Viejo, registró su apertura, hacia el año 1865, en que se edificó, por iniciativa de la entonces Corporación Municipal, bajo la presidencia de Don Federico Soarez. El Cementerio Viejo, que contaba con sepulturas en tierra y también, algunas bóvedas, y en torno al que se crearon y tejieron, numerosos mitos y leyendas de fantasmas, apariciones y almas en pena, cesó en sus funciones específicas, a fines de 1893, pero sus ruinas, permanecieron hasta comienzos de la década de 1930. Finalmente, fueron demolidas, en 1932, durante la gestión del intendente municipal, Don Rafael Juan Falabella.
