Las confesiones lunfardas, del perro Cachuzo

Las confesiones lunfardas, del perro Cachuzo

marzo 29, 2019 0 Por archivol
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La voz canyengue y arrabalera del Lunfardo, nos acerca, de un modo espontáneo y sentido, las sabias y profundas reflexiones, del perro Cachuzo, el cual, frente a un situación argentina actual, de marginación social, recesión económica, indigencia y miseria, como una inocente y penosa víctima, de la realidad y el sistema, con su palabra, patética y franca, hoy, nos dice: Yo soy el perro Cachuzo, un vagabundo gomía, que la juega de canchero, pichuleando, todo el día. Ahora estoy, en este rioba, como un guapo y viejo rope, yaforfai, y aquí, galgueando, siempre rasca y sin un sope… Hace un tiempo – te lo bato -, me quedé sin el laburo, y aquí estoy, junto  la yeca, minga de mosca y futuro… Aquí estoy, con los purretes, los reos y laspercantas, en un país macanudo, lleno de chorros y chantas. El país, trucho y berreta, de los que meten la mano; los curros y las tramoyas, las matufias y el afano… El país, de los bolazos, las sanatas y el camelo, donde siempre te engatusan, como a un pobre pipistrelo… El país, de tanto grupo, los cuentos y la avivada: Puro tongo y mucho verso, que empaqueta a la gilada… El país, de la malaria, y la fiera mishiadura, donde pocos, hacen guita, y pierde aquel que labura… El país, de la injusticia, el jotraba y el aguante, en que sufre el tipo honrado, pero gana el atorrante… El país, donde el otario, lucha, en forma cotidiana, y al eterno delincuente, jamás, lo mandan en cana… El país, de la ambición, el tan fulero egoísmo; la mula, la impunidad, y el lungo más de lo mismo… Aquí estoy, sin arrugar, poniendo el pecho y la jeta, con mi posta vocación, de perro bien vagoneta. Echado, tomando sol, me siento, fachero y piola, y si alguno me chamuya, garifo, muevo la cola… Aquí estoy, muy escasani, – faltan la pilcha y el vento -, y la paso, todo el yorno, medio chitrulo y pulguiento. Aquí estoy, seco y solari, en la lona – lo confieso -, masticando – poco morfi -, un triste y pelado hueso. Quiera Dios, que venga un tiempo, sin  fayuta hipocresía; un tiempo de buenos mangos, y debute algarabía… Un tiempo, noble y fratelo, de linda unión y amistad; un cachito de valores, y un kilo de honestidad. Un tiempo fetén, de sueños, y de pulenta esperanza, teniendo feliz, el cuore, y satisfecha la panza… Yo soy el perro Cachuzo, que recorro la matina, y ladro, a los cuatro vientos, mi verdad, en cada esquina.

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.