Los 97 años, de la trágica muerte de Juan Duarte

Los 97 años, de la trágica muerte de Juan Duarte

enero 6, 2023 Desactivado Por archivol
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De origen chivilcoyano, era el padre de Eva María Duarte de Perón, y falleció en nuestra ciudad, a raíz de un accidente automovilístico, el miércoles 8 de enero de 1926.

El viernes 8 de enero de 1926, a raíz de un grave y trágico accidente automovilístico, registrado en Chivilcoy, dos días antes, falleció en una sala del Hospital Municipal, donde se hallaba internado, Juan Duarte, de 67 años de edad, padre de Eva María Duarte de Perón, la inmortal “Abanderada de los Humildes”, esposa y gran colaboradora, en la faz social, del presidente de la Nación, general Juan Domingo Perón; quien había nacido, en la ciudad de Los Toldos (Partido bonaerense de General Viamonte), el 7 de mayo de 1919, y falleció, a la temprana edad de 33 años, el 26 de julio de 1952.

Dicho accidente, se produjo el miércoles 6 de enero de 1926, en el trayecto de la avenida Mitre, a unas tres cuadras de la plaza Dr. Mariano Moreno, cuando el automóvil Chevrolet, en el que viajaba Juan Duarte, acompañado por su sobrino, Salvador Uhart, el hijo de éste, Alcides Uhart, los niños, Lola Insúa Harguindey y Saúl Insúa Harguindey y, el chofer, Juan Leiva, sufrió un violento vuelco sobre un costado de la avenida. Como consecuencia del citado vuelco, dejó de existir, en forma instantánea, el menor Alcides Uhart, de 10 años de edad, que sufrió la fractura de la base del cráneo; en tanto, Juan Duarte, presentaba un cuadro clínico de conmoción cerebral y la lesión de varias costillas. Duarte, que había nacido, aquí, en Chivilcoy, el 1 de noviembre de 1858, y se dedicaba a diversas faenas de productor agropecuario, fue inmediatamente trasladado al Hospital Municipal, de nuestra ciudad, donde falleció, en la madrugada del viernes 8 de enero de 1926.

Sus restos, se velaron en la casa de uno de sus yernos, Francisco Grisolía, hijo del ilustre inmigrante italiano, Pascual Grisolía, y esposo de su hija Adelina, ubicada sobre la avenida Villarino Nro. 264, e inhumados en el Cementerio Municipal de Chivilcoy, en la bóveda de la familia: “Elgoyhen – Duarte”.

Juan Duarte, en aquel momento, era viudo, pues su esposa legítima, Adela Uhart, nacida en 1861, había fallecido el 1 de septiembre de 1919. Estableció una relación sentimental paralela, con Juana Ibarguren, y de la unión de ambos, nacieron: Blanca, en 1908, Elisa, en 1910, Juan Ramón, en 1914, Herminda, en 1916 y, Eva María Duarte, en 1919. En la noche de aquel viernes 8 de enero de 1926, informados de la infausta y penosa noticia, arribaron a nuestra ciudad, procedentes de Los Toldos, Juana Ibarguren y sus cinco hijos. Eva María Duarte, contaba apenas, seis años de edad. Después de ciertos obstáculos y escollos, discordias y controversias, que se suscitaron con la familia legítima de Juan Duarte, Juana Ibarguren y sus hijos, pudieron ingresar a la capilla ardiente, para despedir al extinto. En las dos películas – la argentina y extranjera -, que se rodaron, acerca de la vida y la trayectoria pública de Eva María Duarte, se cometieron sendos errores, de carácter histórico. En ambos filmes, aparecía la figura de la esposa legítima de Juan Duarte, oponiéndose, de manera férrea y enérgica, a la posibilidad de que, Juana Ibarguren y sus cinco hijos, pudieran tener acceso al velatorio de Duarte. En la realidad de los hechos, Juan Duarte, ya era viudo, pues su esposa, Adela Uhart, había fallecido en 1919. Seguramente, se trató de la propia hija de Duarte, Adelina, esposa de Francisco Grisolía, en cuyo domicilio, se llevó a cabo dicho velatorio. Después, varias personas allegadas, estrechamente a la familia, hubieron de mediar para resolver la conflictiva situación, y así, finalmente, Juana Ibarguren y sus hijos, pudieron entrar a la casa, y permanecer varios minutos, en la capilla ardiente, al lado del difunto.

El posterior sepelio, se llevó a cabo, en la mañana del sábado 9 de enero de 1926, y el servicio, estuvo a cargo de la empresa de pompas fúnebres “Michellis”, de nuestra ciudad.

Hoy, la antigua casona de la avenida Villarino Nro. 264, en pie, todavía, como fiel testigo de aquel lejano suceso, conservará seguramente, en su atmósfera ambiental, su íntima memoria y su propia esencia, las imágenes y recuerdos de ese histórico velatorio de 1926, hace ya, 97 años transcurridos…

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, secretario del Archivo Literario Municipal.