Plegaria lunfarda a Dios, por el Año Nuevo 2023
El promisorio advenimiento del nuevo año 2023, nos invita hoy, a elevar a Dios, de un modo humilde y fervoroso, una sentida y emocionada plegaria, con los más hondos y mejores augurios.
Una plegaria, que le implore al Señor, en este día, por la recuperación de la fe, las ganas, la alegría y el optimismo, frente a la dramática y patética realidad de la congoja, el desaliento, la frustración, la desconfianza, la zozobra, la incertidumbre y, la actitud negativa y pesimista…
Una plegaria, que le suplique al Señor, por esta Argentina del eterno y fatal círculo vicioso, del siempre lo mismo y el más de lo mismo, donde no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda judicialmente, en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo, todo resulta igual, todo da lo mismo y, todo termina inexorablemente siendo, siempre lo mismo y más de lo mismo; esta Argentina que, nivela e iguala, permanentemente hacia abajo, con ignorancia, analfabetismo, marginación social, frivolidad, vulgaridad, pavada y miseria dependiente; esta Argentina hueca y vacía de contenido, sin expectativas, perspectivas, proyectos y motivaciones, que carece de presente, porvenir, salida y destino y, no nos conduce a ninguna parte; esta Argentina, de las constantes y reiteradas cortinas de humo y pantallas periodísticas y televisivas, para engrupir o engañar, distraer, entretener, confundir y envolver a la gilada, a fin de que transcurran los años, las décadas y el tiempo, y así no cambie ni se modifique nunca nada; esta Argentina, donde infortunadamente, desde épocas inmemoriales, ganan los chanta, los chorros y los que viven de arriba, pero pierden los anónimos y esforzados laburantes y, las personas buenas, nobles, honradas y decentes, que trabajan, luchan, se esfuerzan , y abonan sus impuestos y obligaciones tributarias…
Una plegaria, que le pida al Señor, de una manera profunda y comprometida, por la futura recuperación, de aquel lejano y luminoso camino, de los principios y los valores, el sentido ético, la conciencia moral, la verdad, la justicia, la honestidad, la educación y la enseñanza y, la sagrada y sublime cultura y escuela del trabajo…
Una plegaria, para librarnos del gran flagelo de los chantas y los chorros, que destruyeron y aniquilaron esos valores morales, la importancia de la verdad, la justicia y los reales y auténticos méritos, el estudio, el saber y la educación pública y, las ganas de vivir, de trabajar, de luchar, de avanzar y de soñar, un país distinto… Los chantas y chorros, cuyo único y primordial propósito, consiste en que no cambie nunca nada, y todo continúe así, o peor de lo que está, para mantener y conservar, de esa forma, sus prebendas, privilegios y beneficios económicos y dinerarios y, condenar después a nuestra sociedad, a una mansa, paciente y silenciosa resignación conformista, de la situación y de los hechos…
Una plegaria, para tener nuevamente, y a pesar de todo, un destello de fe, ilusión y esperanza…
Plegaria a Dios, por el Año Nuevo, del procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo. Capo Dios, yo te bato en este día, / por el año que pinta y ahora empieza, / que tu luz, hoy nos borre la tristeza, / el balurdo y la lunga fulería. / Qué renazca el abrazo del gomía, / qué se rajen la musa y la pobreza, / y estén siempre debutes, en la mesa, / el buen morfi, el amor y la alegría… / Qué sin chantas ni malos sinsabores, / carburemos el bien y los valores, / el laburo, la unión, la dicha ansiada… / Y qué al fin, capo Dios, cada argentino, / june entonces, y chape el gran camino / de una vida feliz y esperanzada.