El Día del Maestro. Domingo Faustino Sarmiento y Chivilcoy
Publicación didáctica y evocativa, del Archivo Literario, con motivo de la recordación del 128 aniversario, de la desaparición física del gran pedagogo, escritor, periodista y hombre público, Domingo Faustino Sarmiento, fallecido en la ciudad de Asunción del Paraguay, a los 77 años de edad, el martes 11 de septiembre de 1888. Autor de las famosas obras: “Facundo”, “Argirópolis” y “Recuerdos de Provincia”, y ex presidente de la Nación, desde 1868 hasta 1874, había nacido en la provincia de San Juan, el 15 de febrero de 1811.
El Archivo Literario Municipal, invita a los establecimientos educacionales, de nuestro medio, a participar del programa de “Visitas Guiadas”, al Palacio Municipal, y a la propia sede del repositorio, ubicada en las instalaciones del Museo Municipal de Artes Plásticas “Pompeo Boggio” (Calle Bolívar Nro. 319); como asimismo, del ciclo de charlas rememorativas, del pasado lugareño y la historia de Chivilcoy, bajo la denominación “El Archivo ambulante. La Valija del recuerdo”. Además, informa que, dispone en Internet, de las páginas Facebook y Web, que nos recuerdan el ayer chivilcoyano. Se puede tener acceso a ellas, marcando, en la página Facebook: “Archivo Literario Municipal”, y en la página Web: “ w w w archivoliterariochivilcoy. com”. El teléfono del Archivo, es el 439050, interno: 1703.
Sarmiento, descubrió la región geográfica de Chivilcoy, a fines del mes de enero de 1852, cuando atravesó esta zona de la pampa bonaerense, con las tropas del Ejército Grande, del general Justo José de Urquiza, cumpliendo las funciones de boletinero, de dicho contingente bélico. Sorprendido y admirado, por la belleza del paisaje y, el firme trabajo y la extraordinaria pujanza de las “chacras chivilcoyanas”, desde entonces, contribuyó, efectiva y poderosamente, al progreso y el crecimiento de nuestra ciudad. A principios de 1857, visitó Chivilcoy, para presidir el acto inaugural del primitivo templo de Nuestra Señora del Rosario, y el 13 de octubre, de ese año, siendo senador en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, logró la importante sanción de la “Ley de Tierras”, que tantos beneficios hubo de brindar a los nobles y esforzados labradores lugareños. El 3 de octubre de 1868, en calidad de presidente electo de la Nación, estuvo otra vez en nuestra ciudad, pronunciando su célebre discurso, que resumía su futuro programa de gobierno: “Les prometo hacer Cien Chivilcoy, con tierra para cada padre de familia y escuelas para sus hijos”. El libro del ingeniero Mauricio Birabent (1905 – 1982), sobre la historia de Chivilcoy, editado en octubre de 1938, se titula “El pueblo de Sarmiento”. En el mes de noviembre de 1895, a una de las principales avenidas de nuestra ciudad, se le impuso el nombre del ilustre prócer. En abril de 1925, a la Escuela Normal, inaugurada el 12 de abril de 1905, se la bautizó “Domingo Faustino Sarmiento”, y tenía también, la misma denominación, la Escuela primaria Nro. 1, demolida en el mes de abril de 1970. El 25 de mayo de 1944, se inauguró en la plaza 9 de Julio, el monumento a Sarmiento; obra del escultor argentino, Juan Zuretti, y el 22 de octubre de 2007, se habilitó, en la plaza principal 25 de Mayo, otro monumento sarmientino, con el texto del famoso discurso de 1868, presentando a Chivilcoy, como un auténtico y verdadero modelo de ciudad laboriosa y progresista, dentro del contexto territorial, del país, de aquella época; todo un aleccionador modelo, para su acción de gobernante y de estadista.
Gracias, maestros
Gracias, quiero decirles, largamente, por su noble labor educativa, su tenaz voluntad, siempre tan viva, y su claro trabajo permanente. Gracias, por el espíritu docente, el saber, la gran obra formativa; su hondo empeño escolar, su fuerza activa, y ese amor, que a lo lejos, se presiente… Gracias, por la amplia entrega cotidiana, su ilusión y los sueños del mañana, sus ideales, su fe, sus energías… Y gracias por hacer – virtud hermosa -, de manera fecunda y silenciosa, una Patria mejor, todos los días.
Oración a los maestros
Por todos los maestros – luz que avanza -, de la forma expresiva y más sincera, yo levanto en las aulas, la bandera del trabajo, la lucha y la enseñanza. Por su fiel vocación y su pujanza, su hondo amor y su entrega verdadera, hoy, enciendo la llama duradera, del futuro, el saber y la esperanza. Por su empeño y su fuerza educadora, su lección escolar y su rectora y fecunda palabra de gran guía… Yo les doy mi oración – sentida esencia -, porque admiro y valoro su docencia, que enriquece a la Patria, cada día.
Décima a Domingo F. Sarmiento
En la voz de nuestra historia, su claro nombre perdura, y palpitan su figura, su firmeza y su memoria. Aquí, aún, vive su gloria, en el aire y en el viento, y junto a su monumento, como fiel y eterna guía, nos alumbra, cada día, la presencia de Sarmiento.
Al maestro olvidado…
Yo sé, que en un rincón – cielo y distancia -, del país, que hoy, acaso, te ha olvidado, allí estás, con tu gran apostolado, tu docencia y tu fiel perseverancia. Frente a Dios, la miseria y la ignorancia, tu voz siembra, el saber esperanzado; hacia todos, te brindas, abnegado, pero pocos, valoran tu importancia… Yo sé, que en un rincón de mi Argentina, allí estás, con tu entrega más genuina, tu hondo amor, tu enseñanza verdadera… Y así cumples, el logro más hermoso: Hacer Patria, de un modo silencioso, levantando tu lucha y tu bandera.
Procurador, Dr. Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo.
Debemos predicar y sembrar, con el testimonio de vida, la conducta y el buen ejemplo, infundiendo e inculcando, principios éticos, valores morales, humanos, patrióticos y espirituales, la cultura del trabajo, el esfuerzo y el estudio; el saber y la noble enseñanza… Los hombres, como los árboles, se conocen y aprecian, por sus propios frutos.
