Reflexión lunfarda: No perder la Fe…
Hoy, más que nunca, no debemos perder la Fe, a pesar de los malos ejemplos morales que nos rodean, nos abruman y nos abaten…
Hoy, más que nunca, en los difíciles y patéticos momentos actuales, no debemos perder la Fe, la profunda y sublime virtud de la Fe, que nos sostiene espiritualmente, nos fortalece, nos consuela, y nos anima, alienta y acompaña… No perder la Fe en Dios y las convicciones religiosas; la Fe en los principios éticos y los valores morales; la Fe en el amor, la paz, la justicia, la verdad y la honradez; la Fe en la amistad, la bondad, la solidaridad, la generosidad y la unión amplia y fraterna; la Fe en los ideales y, en el presente y el porvenir del país y de nuestra Patria…
No perder la Fe, a pesar de la deshonestidad y la corrupción, las falacias, engaños, patrañas y mentiras, la acentuada decadencia, las densas y prolongadas cortinas de humo, las ciegas y obscuras ambiciones, las mezquindades y egoísmos, las grietas y antinomias, los odios, disputas y discordias, la maldad, las bajezas, infamias y ruindades y, las deplorables y penosas miserias humanas…
No perder la Fe, a pesar de los típicos y eternos chantas de siempre, que nos mienten, estafan y defraudan, de una manera reiterada y constante, y pretenden robarnos y matarnos las ganas de vivir, de trabajar, de luchar, de progresar y de soñar; los chantas de siempre, que intentan robar y matar nuestras mejores ilusiones personales, las expectativas y perspectivas, los proyectos, las motivaciones, los anhelos, afanes y entusiasmos y, las mayores y más puras esperanzas…
No perder la Fe, a pesar de esta Argentina del infinito e inagotable círculo vicioso, el túnel, la trampa y el largo y enigmático laberinto, de la Argentina del siempre lo mismo, donde las cosas continúan como están, no cambia nada (porque no existe el menor propósito o intención de cambiar nada), nunca pasa nada, todo queda en la nada (impunidad completa y absoluta), siempre se habla y habla, mucho de lo mismo, todo resulta igual, todo da lo mismo y, todo termina por ende, indefectible e inexorablemente siendo, siempre lo mismo… No perder la Fe, a pesar de esta Argentina, donde ganan y obtienen la victoria, los chantas, chorros, arribistas y oportunistas, pero siempre, siempre cae derrotado, se perjudica, se empobrece y, hasta se funde, la persona buena, honrada, decente y laboriosa que trabaja, lucha, se esfuerza, sacrifica, y abona sus impuestos y obligaciones tributarias…
No perder la Fe, en el tiempo presente y en el horizonte futuro, a pesar de la incertidumbre, la desazón, la zozobra y, las densas y profundas sombras de la noche; la noche de un país, sin sol y sin estrellas, sin salida ni destino alguno…
No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo; para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo; en el mundo, cosecharemos y recogeremos, lo que hemos sembrado, y los Hombres como los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos.
Hoy, más que nunca, no debemos perder la Fe, predicando con el testimonio de nuestra conducta y el buen ejemplo de Vida, porque un buen ejemplo, paradigma o modelo, representa mucho pero mucho más, que miles y miles de inútiles y vanas palabras…
Hay un único rumbo posible: Volver al camino de la Educación y la Enseñanza, la Honestidad y la sagrada y bendita Cultura del Trabajo.
No perdamos la Fe en Dios, en los valores y la moral, en el país y la Patria, en el trabajo y la producción y, en el progreso y bienestar de todas las argentinas y argentinos. ¡Qué los chantas de siempre – los chantas que nivelan e igualan hacia abajo, con ignorancia y miseria dependiente -, no nos maten la Fe y las ganas de vivir, de trabajar, de luchar, de progresar y de soñar!
No perder la fe, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
A pesar de la lunfa fulería, / a pesar del camelo y el afano, / yo no quiero perder, che, Dios hermano, / la fe en Vos, en el bien y la alegría. / La fe posta, en el cuore del gomía, / en un flor de laburo cotidiano; / en la guapa justicia – limpia mano -, / y en la noble honradez, de cada día… / La fe bomba y debute, en los valores, / a pesar de las broncas y rencores, / las tramoyas, el chanta y el maleante… / Che, mi Dios, te la bato de movida: / yo no quiero perder, la fe en la Vida, / la fe para seguir, siempre adelante. / Y creer, a pesar de las parolas, / tanto grupo y el gran cartón pintado, / en un nuevo país – minga de piolas -, / bajo el sol de un futuro esperanzado.