Ser felices… La fórmula de la felicidad en lunfardo… La oración de la Serenidad…

Ser felices… La fórmula de la felicidad en lunfardo… La oración de la Serenidad…

febrero 9, 2024 Desactivado Por archivol
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La verdadera felicidad, consiste en gozar de lo poco o mucho que poseemos, y no alentar ni abrigar expectativas de cambio, que después, rápidamente se desvanecen, y nos dejan una triste y amarga sensación espiritual y emocional, de frustración y fracaso…  Porque se anuncian grandes y espectaculares cambios, y al final, todo termina siendo, siempre lo mismo y más de lo mismo…  

De un modo u otro, de acuerdo con las circunstancias y situaciones individuales de cada uno, todos aspiramos y anhelamos la felicidad…

La inefable y deliciosa felicidad, que dulce y tiernamente nos proporciona, un remanso de paz y sosiego, plena alegría, eufórica vitalidad, dinamismo, energía y, una inmensa e indescriptible sensación de bienestar interior…

La mágica y cautivante felicidad, que nos transporta a un mágico lugar de encanto, maravillas, fantasías y sueños, donde nunca llegan las miserias y las maldades humanas y terrenales…

La milagrosa y extraordinaria felicidad, que nos hace sentir más jóvenes, activos y optimistas, con una firme y decidida voluntad, realizadora y constructiva…

¿Cuál es la auténtica fórmula de la felicidad? Disponer de un cálido y entrañable rincón en el mundo, aunque fuere humilde y pequeño, y contentarnos así, con aquello que poseemos, lejos de los chantas, los chorros y los vulgares embaucadores y vendedores de imagen y cortinas de humo, quienes suelen engrupirnos o engañarnos, día tras día, mediante frivolidades irrelevantes e intrascendentes pavadas; mientras van transcurriendo, de manera implacable, los años y el tiempo, pero no cambia, no cambia nunca nada…

¿Cuál es la verdadera fórmula de la felicidad? Regocijarse solamente, con lo que uno tiene, y no alimentar expectativas e ilusiones de cambio, que nunca llegan y, terminan desvaneciéndose rápidamente, dejándonos una triste y amarga sensación espiritual y emocional, de frustración y fracaso…  Porque se anuncian, en forma grandilocuente, grandes y espectaculares cambios, pero al fin, todo sigue exactamente igual o peor de lo que está… El impresionante curro y el fabuloso negocio de algunos, consiste, precisamente, en que nunca cambie nada, y todo prosiga o continúe como está… La Argentina del siempre lo mismo y del más de lo mismo…

¿Cuál es la verdadera fórmula de la felicidad?  Recordar constantemente, como un precepto, norma, regla o mandamiento de un catecismo laico, la frase o sentencia que no dice: “Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; valor para cambiar aquellas que puedo y, sabiduría para reconocer la diferencia”.

Qué Dios, en su infinita misericordia, nos conceda la gracia de ser y sentirnos, personas de bien y felices, aunque sea muy poco, muy poco lo que tengamos… Ser y sentirnos felices, buenos, decentes y honrados, y no perder, a pesar de todo, la querida y bendita esperanza…

Ser feliz, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Con poco, che, melón, humildemente, / qué lindo es ser feliz – posta alegría -, / gozando el sol pintón de cada día, / y la paz más debute y transparente. / Ser feliz, con la jeta bien sonriente, / la parola fratela de un gomía; / el laburo tenaz – forte energía -, / la honradez de tener alta la frente… / Ser feliz, sin más chantas ni atorrantes, / sin el chorro y la angurria del afano, / sin que nadie te quiera ya engrupir… / Y al fin, después, en todos los instantes, / a Dios agradecer con cuore ufano, / estas ganas pulentas de vivir.