Ser siempre agradecidos a Dios y a la Vida – reflexión lunfarda –

Ser siempre agradecidos a Dios y a la Vida – reflexión lunfarda –

marzo 19, 2024 Desactivado Por archivol
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No debemos nunca de ser agradecidos: el agradecimiento constituye una auténtica y verdadera obligación moral, que jamás tenemos que soslayar y desechar…

Ser agradecidos, ante Dios y la Vida, por el sublime y maravilloso milagro de la existencia, la magia y el encanto del paisaje y la naturaleza y, la especial hermosura de las cosas modestas, simples y humildes, del quehacer diario y la ardua lucha cotidiana…

Ser agradecidos y felices, descubriendo el luminoso y brillante camino de la fe, la alegría, el optimismo, el bienestar y la esperanza…

Ser agradecidos, por el amor, la dulzura, la ternura, las bondades y, el maravilloso milagro de la Vida, única e irrepetible…

Ser agradecidos, por lo que poseemos y lo que disfrutamos; dejando atrás las angustias y tristezas, las obscuras ambiciones y, los egoísmos y mezquindades…

Ser eternamente agradecidos, ante Dios y la Vida, con un corazón libre de ruindad, bajezas morales y, viles y deleznables maldades y miserias humanas…

No debemos nunca de ser agradecidos, como personas de bien, ante Dios y la propia Vida.

Soneto del agradecimiento lunfa, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Che, Señor, te agradezco totalmente, / el paisaje chipola de este día; / la parola fratela de un gomía, / el amor más debute y permanente. / Te agradezco, che, Dios, profundamente, / todo un cuore de paz, sin fulería; / una flor de ilusión y de alegría / y un cachito de sol resplandeciente… / Te agradezco, una pila de valores, / la pulenta, ante tantos sinsabores, / la esperanza fetén, que no he perdido… / Con los años y el tiempo remanyado, / esta vida mistonga, me ha enseñado / a ser siempre un chabón agradecido.