El 6 de julio de 1972, a la prematura edad de 24 años, falleció de una manera trágica, poniendo fin a su vida, el joven y meritorio poeta chivilcoyano, Julio César Salinardi; un autor local que, supo desarrollar en su breve existencia, toda una obra literaria, capaz de traducir en distintos y emotivos versos, todo un conjunto de anhelos, sueños y sentidas emociones. Nacido el 17 de diciembre de 1947, desde la etapa de su adolescencia, se manifestó en él, una particular inclinación poética, que fue canalizando, a través de diferentes composiciones; algunas de ellas, aparecidas en las páginas de diversos órganos gráficos locales. En 1968, entregó a la estampa, el volumen “Luz de un destino”, el cual, hubo de firmar, utilizando el seudónimo de “Rayo de Luna”, y en el mes de marzo de 1972, tres meses antes de su penosa muerte, presentó en la Biblioteca Popular “Dr. Antonio Novaro”, el libro “Poemas de un solitario”, cuya edición, contó con el significativo auspicio y aporte económico, de la Unión Obrera Metalúrgica, seccional Chivilcoy. El matutino “La Razón”, en su edición del 7 de julio de 1972, al referirse a la figura de Julio César Salinardi, subrayaba: “Pese a la adversidad que le tocó vivir, fue un ser que supo hacer frente a las circunstancias de un destino aciago, volcándose mediante la poesía, en un intento de comunicación, y hacia quienes, comprendieron las virtudes excepcionales, que adornaban su espíritu. Nuestro diario, lo contó también entre sus colaboradores, y en estas columnas, han aparecido trabajos, que testimonian la bella promesa que constituía Salinardi. Al caer, quizá vencido por el peso de la angustia, deja el recuerdo de alguien, que debió luchar muy duramente, para superar las dificultades”.
